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Agradable sorpresa (M/F)

En la empresa en la que yo trabajaba en el año 2011, además de la característica cena de navidad, solíamos juntarnos varias veces en verano. Algunas veces íbamos a cenar, pero la mayoría de ocasiones era para tomar algo. Aquella tarde habíamos quedado en un chiringuito junto a la playa y acudimos un grupo de unas ocho o diez personas. Había buena relación y en general siempre íbamos los mismos, pero ese día vino una persona que no se solía apuntar a esas salidas. La llamaremos Cintia. Tenía entonces unos 24 años y aunque en el trabajo siempre nos habíamos llevado muy bien, nunca había sentido atracción por ella ni la había mirado del modo en que la miré aquél día. Era muy delgada, bajita, blanquita de piel, con el pelo negro largo y liso, aunque generalmente descuidado (solía llevar moño en el trabajo), ojos marrones, nariz pequeña y la dentadura no muy bien alineada. Además, Cintia llevaba unas semanas más descuidada de lo normal ya que hacía un par de meses que había fallecido su mad...

La luna, las estrellas, naturaleza y cosquillas (F/M, M/F)

Allá por el año 2011 yo me veía a menudo con una chica tres años mayor que yo. Ella tenía entonces 26, era morena, pelo ondulado muy corto, casi "a lo chico", ojos marrones, peso y estatura medios, una preciosa sonrisa ancha que dejaba ver sus encías y los hoyuelos de sus mejillas y una simpatía que deslumbraba a todos el mundo. Nos empezamos a liar una noche de fiesta en la que hubo algún jueguito haciéndonos cosquillas en la cintura y desde entonces quedábamos mucho. La llamaremos Annie. Una noche de agosto, después de cenar, me propuso ir a un río a bañarnos. Ella tenía toallas en el coche y se rió contándome que había "olvidado" traer bañador. Condujo ella, pues yo todavía no tenía carnet. La carretera era oscura, de dos direcciones y llena de pronunciadas curvas. Durante el trayecto, ella me hizo cosquillas en los costados en un par de ocasiones, pues le hacía mucha gracia mi reacción, a lo que yo le respondí que se estaba aprovechando porque yo no le podía hac...

Baile, cosquillas y un susto con una escort muy marchosa (F/M, M/F)

Era una tarde lluviosa de otoño, por lo que ya había anochecido y el cielo estaba oscuro. Necesitaba unas buenas cosquillas para darle un toque de color al día, así que llamé a varios anuncios. En el último, me contestó una mujer y me informó de las tarifas y de cuántas chicas había en el piso, le dije que me interesaba el fetichismo de pies y le pregunté si alguna de las chicas estaría dispuesta a tocarme a mí los míos (esto lo pregunto a raíz de que una chica, cuando le pregunté por teléfono si me haría cosquillas, me dijo que en los pies no porque en general le daban asco), a lo que me respondió que ninguna tendría problemas, que hablara con ellas.  El piso no estaba lejos de casa, el portal estaba abierto, así que entré, subí dos pisos andando y llamé al timbre. Me abrió una mujer de unos 50 años, me llevó hasta una habitación que había al fondo del pasillo, con música sonando en una radio y un gran cama de matrimonio. Una vez entré, me dijo que esperase allí. Al cabo de unos m...

Locuras de juventud (M/F)

Era primavera del 2008, creo, mis amigos y yo habíamos salido la noche anterior por Valencia (una ciudad que no es la mía) y nos quedamos a dormir en un piso compartido de un amigo que entonces estudiaba allí. A la mañana siguiente, yo me levanté pronto, desayuné y me quedé esperando a que se levantaran, pero entonces decidí que no iba a esperar allí sentado, así que salí a la calle a dar una vuelta. Salir sin un rumbo determinado por una ciudad que no es la tuya siempre me ha parecido algo muy relajante, y puesto que la noche anterior no había sucedido nada demasiado relevante, yo estaba ávido de emociones. Empezaba la época de calor y la gente ya empezaba a vestir con ropa veraniega, así que estuve un buen rato mirando disimuladamente los pies de las mujeres que pasaban con sandalias, chanclas y todo tipo de calzado de la época.  A pesar de que había desayunado, siempre he sido un gran comedor y más a aquella edad, así que busqué un supermercado para comprarme algo de comer. Debí...

Algunas escenas que he presenciado

No son anécdotas en las que yo haya participado, pero sí escenas que he presenciado en vivo y en directo. Estas son algunas de las que recuerdo: • Hace dos o tres años, iba caminando y vi a una madre y una hija sentadas en un banco, la hija tendría unos 19 o 20 años, era castaña y con el pelo rizado. No recuerdo bien sus rasgos, pero era guapa. Llevaba muletas y el pie vendado, lo tenía apoyado sobre el banco y su madre le estaba haciendo cosquillas en los dedos del pie. Ella reía y le quitaba la mano. - Mamá, estate quieta. ¡Para ya! Recuerdo la cara divertida de su madre.  Volví a pasar por ahí cuando terminé lo que había ido a hacer, pero ya no estaban. • El verano pasado, en la playa, una pareja o amigos estaban tumbados tomando el sol. Eran un chico y una chica. Ella era morena, con el pelo largo muy rizado, la piel muy bronceada, de apariencia latinoamericana, muy esbelta, estatura media, por lo que pude apreciar (estaba tumbada boca abajo) y unos pies pequeños con los dedito...

Algunas conversaciones casuales (tickle talk)

No son experiencias como tal, son conversaciones casuales que he tenido últimamente. Antes me daba mucha vergüenza sacar el tema, hasta el punto de no poder ni pronunciar la palabra "cosquillas" en público, pero en tiempos de sequía hay que echar mano del ingenio y vencer los miedos, para tener por lo menos una conversación agradable. Ahí van. • Hace unos meses, me estaba haciendo una limpieza dental. La doctora me dijo que si en algún momento me dolía, levantara la mano y me pondría un poco de anestesia. Es una chica joven, morena, delgada con los ojos marrones y una sonrisa muy bonita que deja ver sus encías. Cuando terminó y no había levantado la mano en ningún momento: - Has aguantado muy bien. - ¿Sí? - Sí, la mayoría levantan la mano aunque sea una vez.  - Pues mira, la podóloga no me dice lo mismo. Fui el otro día y yo pensé que al final me echaría de la consulta, jaja. - Jajaja, ¿y eso? - Digamos que soporto mejor el dolor que las cosquillas, jajaja. - Jajaja, ostras, ...

El día que descubrí mi lado ticklee (F/M)

Desde que tengo memoria me apasionan las cosquillas y los pies femeninos. No sabría decir un detonante, pero sí recuerdo escenas de películas que me hacían centrar toda mi atención en ellas o mirar en verano los pies de las chicas por la calle. No entendía esa atracción, pero tampoco me molestaba tenerla. Fue ya en mi preadolescencia y adolescencia cuando tuve mis primeras experiencias con amigas o con mis primeras novias, haciéndoles cosquillas o jugando a hacérnoslas, pero mi principal atracción siempre fue ser yo el que las hacía. Tengo que decir que, cuando me hacían cosquillas, también sentía una gran atracción, puesto que se desencadenaba una situación en la que éstas tomaban protagonismo, además de que me daban la oportunidad de hacer cosquillas o de hablar de ellas.  Pero no fue hasta el año 2008, teniendo yo apenas 20 añitos, que me di cuenta de que sentirme a merced de una chica haciéndome cosquillas me resultaba muy excitante. Unos amigos y yo pasábamos las fiestas de la...